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Siglo XX, el Fuenmayor Moderno

Siglo XX, el Fuenmayor Moderno

Fuenmayor entra en el siglo XX con ilusión y esperanza. La calle de Entreplazas ve cambiado su nombre por el del nuevo siglo como muestra de modernismo y confianza en el futuro. El pueblo va prosperando y aunque sigue siendo eminentemente agrícola poco a poco las bodegas y el comercio hacen su entrada en la vida económica.
La mayoría de los fuenmayorenses siguen siendo jornaleros del campo, aunque también hay muchos pastores y cada vez más empleados de las bodegas. Como en el resto de España, el caciquismo sigue estando a la orden del día, y los movimientos obreros poco a poco van cobrando fuerza.
En los años veinte se producen tensiones sociales y se declara una huelga contra el patrón Félix Azpilicueta, casado con una dama de apellido Gonzalo, una de las familias más acaudalados de Fuenmayor y dueño de las Bodegas del Romeral y de numerosas fincas y viñas. Hubo altercados y en uno de ellos resultó apuñalado y muerto un obrero acusado de traicionar la huelga.
Los hechos se produjeron en el paseo, en lo que se llamaba “esquina del Rojo” en la esquina de lo que hoy es plaza Azpilicueta con el comienzo de la calle Mayor Alta, que era el lugar en el que los jornaleros sin trabajo esperaban a que los patrones los contratasen para trabajar.
La proclamación de la República trae aires de renovación. Se crea el “Círculo Republicano”, que era más un casino que una sociedad política y que contaba incluso con un billar, y organizaciones obreras y agrícolas de tendencias socialistas y anarquistas, que celebran el Primero de Mayo de 1932 poniendo la primera piedra de lo que iba a ser un “Centro Obrero” que nunca llegó a terminarse y para el que se sacaron piedras y materiales de un terreno municipal situado en las bodegas del Cristo en el que dejaron un gran agujero conocido como “El Cubachón”.
El 8 de diciembre de 1933 se produce en varios pueblos de La Rioja una insurrección anarquista. En Fuenmayor, varios jóvenes se reúnen en la “choza  de Matías” y se dirigen al cuartel situado entonces en el inicio de la carretera de Lapuebla, requisan las armas a la Guardia Civil y proclaman en el pueblo el comunismo libertario. Después llamaron en las casas particulares exigiendo la entrega de armas y, por último, en la tienda de Paulino Grijalba, a quien le requisaron doscientos cincuenta cartuchos. Después fueron al Ayuntamiento en donde amenazaron con quemar los papeles e intentaron que la carnicería repartiese artículos comestibles entre el pueblo, a lo que esta se negó aduciendo que a ella por la mañana le habían cobrado el pan y la leche.
Al día siguiente, llegaron efectivos de la Guardia Civil desde Logroño que junto con la del puesto de Fuenmayor y tras cruzar unos disparos se volvieron a la capital en busca de más refuerzos. A las dos de la tarde emplazaron unas ametralladoras a la entrada del pueblo y restablecieron el orden.
Los sublevados fueron detenidos y a finales de enero, setenta encartados comparecen en un juicio en el que 35 de ellos son absueltos, 9 condenados a 6 meses de prisión, 17 a un año y 12 a 10 años, aunque la mayoría de ellos fueran luego amnistiados.
La Guerra Civil supuso en 1936 una grave crisis social y económica para toda España. Aunque Fuenmayor no se encontraba en la línea del frente ya que desde el primer momento las fuerzas golpistas tomaron el poder de forma más o menos pacífica, si que se produjeron algunos tiroteos y sobre todo muchas detenciones y ejecuciones. Los últimos estudios sobre el tema han contabilizado 25 fusilados por simpatizar con el bando republicano y muchos más detenidos, encarcelados, exilados o simplemente escondidos (hubo un caso de un hombre que estuvo escondido en una cueva en la zona del Cumbrero durante meses). También hubo movilizaciones de soldados en el bando franquista, de los que unos 20 murieron en el frente. Dándose el caso de dos hermanos que murieron uno fusilado y otro combatiendo en el bando contrario.
La posguerra marca una época de pobreza y escasez marcada por la emigración de muchos fuenmayorenses que tienen que abandonar su pueblo para buscar trabajo en el País Vasco, Cataluña o Madrid. Poco a poco el país se va recuperando y nuestro pueblo con él. Ya en los años sesenta, se comienzan a construir bloques de pisos a los que pueden acceder los obreros de las bodegas y Fuenmayor va acelerando su prosperidad.
El primero de estos bloques, construido en la carretera de la Estación a finales de los sesenta se le llamó “el bario de las velas” por que los vecinos, fundamentalmente obreros, para dejar de pagar cuanto antes los alquileres que hasta ahora pagaban, fueron a vivir sin tener aún suministro de electricidad.
Tras ese primer bloque se comenzaron a construir nuevos edificios en la carretera de Logroño (la calle Sur, actualmente Víctor Romanos), y varios más con la fórmula entonces muy utilizada de las cooperativas.
La creación de AGE Bodegas Unidas en 1967, resultado de la fusión de las dos bodegas del bario de la estación (El Romeral y Las Veras) y Bodegas Entrena de Navarrete da lugar a una gran empresa que da trabajo y riqueza a mucha gente. Fuenmayor se destaca ya como el gran motor económico de toda la comarca.
Ya en los años setenta llegaron la factoría de Butano y grandes empresas como Zanussi (ya desmanteladas) que han contribuido a hacer de Fuenmayor lo que hoy es, un pueblo próspero y moderno de más de tres mil habitantes y un nivel muy elevado de servicios públicos.
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